El invierno porteño del 2007 será recordado por el triunfo de Macri, la sorpresiva nieve, los días de calor infernal y porque fue coronado, en su último día, por el primer formalismo en la vuelta de Soda Stereo.
No sé cómo habrá sido el microclima en el lugar de los hechos, pero por TV, a lo lejos, me dio la sensación de que los Soda dijeron algo así como: bueno, acá estamos, hacemos dos temas que ya conocen, les contestamos lo que quieren saber y nos vamos pa’ las casas.
Porque más allá de los esfuerzos de Zeta y Alberti por hacerse notar presentes metiendo alguna reflexión grandilocuente casi de prepo en medio de los silencios de Cerati, la justa la cantó Gustavo con su distensión verbal y corporal.
Era escuchar una pregunta y ver cómo la respondía casi de memoria, desparramado en una banqueta sin respaldo, como sabiendo de antemano sobre qué iban a interrogarlo.
Lalo Mir (moderador en la conferencia) entró muy eufórico en el circo y tuvo que ir bajando cambios porque no recibía eco del trío. Así, por ejemplo, cayó en el lugar común de las remembranzas que no le interesan a nadie, contando cuando Charly Alberti le acercó un cassette con los primeros temas de Soda. El baterista sonrió por gentileza y le tiró una soga cuando el pobre Lalo rapeaba en gelatina tratando de recordar que se trataban de “Dietético”, “Vitaminas” y “Jet Set”.
El propio Lalo Mir dijo, cuando daba inicio al asunto, que en las conferencias nunca se pregunta gran cosa. Tampoco había tanto por decir, porque se hicieron 30 preguntas, pero desde la tercera (cuando negaron grabar nuevo disco) ya no quedaban más misterios por revelar. Es más, podrían haber cerrado esa respuesta diciendo: "es el gran regreso de una gran banda, nos vemos en River, chau, gracias totales..."
De fondo, unos televisores estaba prendidos pero sin nada para decir, ni para mostrar, tal vez porque solo bastaba con que estén encendidos.
No sé cómo habrá sido el microclima en el lugar de los hechos, pero por TV, a lo lejos, me dio la sensación de que los Soda dijeron algo así como: bueno, acá estamos, hacemos dos temas que ya conocen, les contestamos lo que quieren saber y nos vamos pa’ las casas.
Porque más allá de los esfuerzos de Zeta y Alberti por hacerse notar presentes metiendo alguna reflexión grandilocuente casi de prepo en medio de los silencios de Cerati, la justa la cantó Gustavo con su distensión verbal y corporal.
Era escuchar una pregunta y ver cómo la respondía casi de memoria, desparramado en una banqueta sin respaldo, como sabiendo de antemano sobre qué iban a interrogarlo.
Lalo Mir (moderador en la conferencia) entró muy eufórico en el circo y tuvo que ir bajando cambios porque no recibía eco del trío. Así, por ejemplo, cayó en el lugar común de las remembranzas que no le interesan a nadie, contando cuando Charly Alberti le acercó un cassette con los primeros temas de Soda. El baterista sonrió por gentileza y le tiró una soga cuando el pobre Lalo rapeaba en gelatina tratando de recordar que se trataban de “Dietético”, “Vitaminas” y “Jet Set”.
El propio Lalo Mir dijo, cuando daba inicio al asunto, que en las conferencias nunca se pregunta gran cosa. Tampoco había tanto por decir, porque se hicieron 30 preguntas, pero desde la tercera (cuando negaron grabar nuevo disco) ya no quedaban más misterios por revelar. Es más, podrían haber cerrado esa respuesta diciendo: "es el gran regreso de una gran banda, nos vemos en River, chau, gracias totales..."
De fondo, unos televisores estaba prendidos pero sin nada para decir, ni para mostrar, tal vez porque solo bastaba con que estén encendidos.