lunes, junio 02, 2008

JC: hundido



¿Por qué, en vez de sumergirse dentro del Oceáno Atlántico en una bola de lata para cantarle a ballenas que solo buscaban aparearse en paz, no se queda Javier Calamaro tranquilito sobre el nivel del mar tratanto de interpretar una canción que no sea ni un tango cantado a capella ni la cortina de una comedia de Suar?

miércoles, febrero 13, 2008

La primera ricardesca

Presentar a las entrevistas que hicimos a Ricardo Iorio como “célebres” sería una mandada de parte bastante exagerada. Sin embargo, los dos reportajes publicados en Si Se Calla El Cantor (cerrando la triología un tercero que le hice poco después para Clarín) tuvieron cierta repercusión a partir de la lengua filosa de quién es llamado el caudillo del metal argentino.
Sus declaraciones comenzaron a volverse tentadoras para público metalero y no metalero, a partir de un comentario a la revista Rolling Stone que le valió un juicio por antisemitismo. En medio de ese proceso, Iorio se llamó (o “lo llamaron”) al silencio y yo logré entrevistarlo una tarde de verano en el balcón de un boliche de Villa Gesell. Estaba desaforado: habló de todo el mundo del rock, puteó a unos fans que le gritaban desde la calle y golpeó la mesa rebatible hasta hacerla crujir de sufrimiento. Algunos de sus plomos le festejaban los chistes, y también las barbaridades. Tal vez no tenían otro remedio.
El grabador cabalgaba de un lado al otro y el cassette capturaba cada puñetazo a la tabla como si fuera una bomba. Si hubiese reproducido todo el contenido de esa cinta, tal vez hubiésemos tenido problemas. Cuando Iorio lo percibió ya era tarde para él, pero no para mí.
Así que me quedé lo que me parecía más interesante y lo publiqué en el Diario El Fundador de Villa Gesell, el 1º de febrero de 2001. Fue la primera de las cinco entrevistas que le llegué a hacer.


jueves, febrero 07, 2008

Metal no renovable

A lo largo de los 8 números que duró la revista impresa (más info, leer el post de abajo) escribimos varios notas sobre metal. La idea era darle un espacio importante al género pese a que no hacíamos una publicación exclusiva sobre metal argentino. Así fue como incluso llegamos a hacer un suplemento dedicado al asunto, bajo el poco original pero sincero nombre de "El Metalúrgico".
Producto de tantos años de haber escrito sobre heavy sin ser un heavy, fue que en mi paso por el Suplemento Sí de Clarín me encargaron un informe metal local. De eso salió "Renovarse o resistir", mi más sincero diagnóstico acerca de género cuyo presente y futuro parece estar echado a la suerte de quiénes lo fundaron (Iorio y ex-compañeros) o lo refundaron (A.N.I.M.A.L. y ex-integrantes). En el artículo expreso mis fundamentos al respecto (con alguna inclusión amarillesca del editor que habla de "un desgastado bosque del heavy metal"), y lo acompaño con testimonios que para la ocasión me dieron Ricardio Iorio, Adrián Barilari, Claudio O'Connor, el Tano Romano, Corvata de Carajo, Andrés Giménez, César Andino de Cabezones y el ex Horcas Gabriel Ganzo.
Como siempre me sucedió cada vez que escribí sobre el asunto, algunos abrazaron la hipótesis con total consecuencia y otros expresaron su repudio más absoluto, aprovechándose de la ocasión para arengar a la gente en sus shows instigando a "demostrarles a esos periodistas que el metal no está muerto". Nadie quiso labrarle el acta de defunción al género, tan solo comentar cierta angustia por no advertir cierto reciclaje generacional.
Lo cierto es que, a tres años de aquel informe, la cosa no ha cambiado demasiado.

lunes, enero 21, 2008

Palabras que trae el viento...

Entre agosto de 2002 y marzo de 2005 salió a la calle la versión impresa de Si Se Calla El Cantor. Fueron 8 números en total, hechos con mucha pasión y la ayuda de algunos valientes del mundo del rock que se animaron a publicitar en una revista independiente.
Siempre con la intención de ir un poquitito allá de las preguntas de cassette que todo músico espera oir para promocionar el acontecimiento que lo llevó a dar la entrevista (llámese nuevo show, nuevo disco o nuevo corte de difusión), quedó como resultado un puñado de declaraciones inolvidables, inspiradas o, por lo menos, interesantes.
Recuerdo puntualmente la vez que Germán Daffunchio reconoció, en un camarín de El Teatro de Colegiales, lo mismo que algunos sospechaban de siempre: que Los Redondos alcanzaron su gran masividad cuando el Indio Solari se peló barba y cabello tras la muerte de Luca (o la extinción de Sumo, que es lo mismo). También quedaron esas dos entrevistas a Ricardo Iorio, -harto repetidas en páginas de fans, foros y hasta en Wikipedia- o las declaraciones pre-Cromañón del Pato Fontantet de Callejeros que luego lo complicaron en la causa penal. Esas y otras tantas entrevistas, diferenciadas por los tópicos tratados pero unidas por las valentías individuales de aceptar el juego de hablar más allá de los formalismos. Juego que, por cirto, jamás aceptó Ciro de Los Piojos cuando pidió el cuestionario de preguntas por escrito y luego se negó a responderlo por no estar de acuerdo con algunas preguntas.
Unos cuantos ejemplares perdidos deben sobrevivir en el depósito de alguna que otra rockería, pero prefiero sacarles el polvo del recuerdo por estos días y publicarlas por acá.