Presentar a las entrevistas que hicimos a Ricardo Iorio como “célebres” sería una mandada de parte bastante exagerada. Sin embargo, los dos reportajes publicados en Si Se Calla El Cantor (cerrando la triología un tercero que le hice poco después para Clarín) tuvieron cierta repercusión a partir de la lengua filosa de quién es llamado el caudillo del metal argentino.
Sus declaraciones comenzaron a volverse tentadoras para público metalero y no metalero, a partir de un comentario a la revista Rolling Stone que le valió un juicio por antisemitismo. En medio de ese proceso, Iorio se llamó (o “lo llamaron”) al silencio y yo logré entrevistarlo una tarde de verano en el balcón de un boliche de Villa Gesell. Estaba desaforado: habló de todo el mundo del rock, puteó a unos fans que le gritaban desde la calle y golpeó la mesa rebatible hasta hacerla crujir de sufrimiento. Algunos de sus plomos le festejaban los chistes, y también las barbaridades. Tal vez no tenían otro remedio.
Sus declaraciones comenzaron a volverse tentadoras para público metalero y no metalero, a partir de un comentario a la revista Rolling Stone que le valió un juicio por antisemitismo. En medio de ese proceso, Iorio se llamó (o “lo llamaron”) al silencio y yo logré entrevistarlo una tarde de verano en el balcón de un boliche de Villa Gesell. Estaba desaforado: habló de todo el mundo del rock, puteó a unos fans que le gritaban desde la calle y golpeó la mesa rebatible hasta hacerla crujir de sufrimiento. Algunos de sus plomos le festejaban los chistes, y también las barbaridades. Tal vez no tenían otro remedio.
El grabador cabalgaba de un lado al otro y el cassette capturaba cada puñetazo a la tabla como si fuera una bomba. Si hubiese reproducido todo el contenido de esa cinta, tal vez hubiésemos tenido problemas. Cuando Iorio lo percibió ya era tarde para él, pero no para mí.
Así que me quedé lo que me parecía más interesante y lo publiqué en el Diario El Fundador de Villa Gesell, el 1º de febrero de 2001. Fue la primera de las cinco entrevistas que le llegué a hacer.
La nota está en: http://archivosisecalla.blogspot.com/