
¿De quién se trata?
(PISTA: no es Ricardo Iorio)
Testimonio brindado por un músico. Cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia:
“Cada vez que nombran a alguien que es mufa, nosotros nos tocamos el huevo izquierdo. Es un estigma que nos quedó de León Gieco. Con él no podés hablar en serio, siempre está diciendo “¡noooo, no lo nombrés a ese que es flor de yeta!.
También es medio cancherón, aunque obviamente nunca lo demostrará en público. Una vez nos invitó a tocar en un show de él. Nosotros estábamos en el backstage con él, y cuando está por salir al escenario parecía que se venía el teatro abajo. Al toque nos dijo “ustedes nunca van a escuchar una ovación así”. No lo dijo con mala leche, pero bueno, tampoco sabemos muy bien a título de qué fue que hizo ese comentario. Espero que no haya sido para tirarnos... la mufa”.
NOTA DEL AUTOR: Este artículo fue subido al décimo intento. En las veces anteriores, el mismo se borraba por completo al momento de escribir el epígrafe (¿?). Por las dudas, sigo la sugerencia de León...
Gustavo Cerati le dijo a Clarín hace pocos días, en relación a la posible vuelta de Soda Stereo, lo siguiente:
“Sí, la decisión termina cayendo sobre mí. Pero no me hago el difícil ni nada por el estilo. Soda se disolvió porque nuestras personalidades empezaron a desencontrarse. La separación venía ocurriendo hace tiempo y también fue por una cuestión artística. La energía tiraba para abajo y no íbamos a llegar a nada bueno de esa forma. Y si alguna vez se da de juntarnos, espero que no sea como me dijo Andy Summers, cuando volvió a tocar con The Police: que a los cinco minutos empiezan a aparecer todos aquellos problemas por los que te separaste”.
Parece que Cerati mandó a arreglar la calculadora al mismo lugar que el Indio Solari. Es que tenían un problemita: antes dividían por 3, pero ahora lo hacen solo por 1. Todo es reductible a los números. Si Pitágoras viviera, diría algo así como: "a ver si se dejan de romper las pelotas diciendo que vuelve Soda".
“La época de Pappo's Blues fue la de mayor descontrol, entre los '60 y los '70. Era terrible porque todo el mundo quería coger, no había otra cosa, no existía otro deporte. Por ahí una mina era novia de los tres integrantes, no al mismo tiempo, y estaba todo bien. Aparte traía a sus amigas y las chicas que venían del público. Estábamos llenos de mujeres”.
“La mente se puede conocer con el tiempo. Pero obviamente lo primero que se aprecia de una mujer cuando estás de gira, es el cuerpo. También están las que se vienen a hacer las intelectuales. Pero en realidad uno está esperando que salga el micro y tiene dos horas de tiempo y no es por machismo pero decís: ‘mirá, tengo dos horas y no justamente ganas de hablar de psicología, si querés vamos a coger y si no, chau’”.
“En la época de Los Gatos, Alfredo Toth era el ídolo. Una vez iba con una campera con flecos y se le colgaron 5 minas y casi lo dejan en pelotas. Eso a mí jamás me pasó porque soy un tipo duro pero no el típico pintón, no tengo la facha de otros músicos. Por ese lado me salvé, la ropa la
conservo sana".
“Hice el amor en la cocina, en el baño, en el pasillo, en un boliche adelante de todo el mundo, en el auto, en mi micro, en un colectivo de línea. Claro, en un viaje a Mar de Plata, de costado y tapaditos con una frazada nadie se dio cuenta. Después en la playa de noche, pero se te llena de arena y raspa, parece que te estuvieras cogiendo a una mina con concha de lija”."Cuando me peleo con alguna novia salgo a buscar otra. Mientras la encuentro pasan 10 mil mujeres. La ventaja del músico es que el contacto es más accesible. Se consigue novia rápido. Así que chicos toquen la guitarra y háganse famosos. Consejo de Pappo".
Ya estamos en temporada estival, y para los músicos de rock significa una buena posibilidad de mostrarse ante una gran cantidad de público concentrado en pocos lugares. Estos lugares son, por supuesto, las ciudades balnearias de la Costa Atlántica argentina.
Muchos grupos de los que hoy están consolidados en la Primera División del rock criollo, tuvieron que darse golpes de horno durante varios veranos haciendo el ABC de las bandas rockeras. Esto es: viajar 500 kilómetros en una combi con 8 personas, equipos, instrumentos, set de supervivencia básico y demás cacharros; dormir en carpa los 60 días (si no hay recursos, vale reposar en el vehículo como opción gasolera) y tocar a las 4 de la tarde bajo el sol hirviente de enero cuantas veces sean posibles.
Uno de estos conjuntos es La Mancha de Rolando. Hace pocos meses debutaron en Obras, un poco como corolario de la alta rotación que tuvo su último disco (otro poco porque están en una cía. que pisa fuerte y de esa forma, corren con el caballo del comisario). Pero antes de saborear las mieles de la ascendente popularidad, tuvieron que comer costa años y años. Manu Quieto -cantante, guitarrista y frontman fachero del rock sureño, entiéndase por rock de Avellaneda, Lanús y zonas aledañas-, dejó una reflexión interesante a modo de conclusión después de tanto barquillo y palito, bombón, helado.
"Nosotros hacemos el veraneo del rock, no el veraneo del veraneante. ¿Qué hace el veraneante?: se levanta, va a la playa con la sombrilla, después no sabe qué hacer, va a comprar churros, da la famosa vuelta al perro, se compra un aro en la feria artesanal y después se tatúa una rosa con un arma en el brazo. ¿Pero por qué te hiciste esa mierda?, ¡porque estaba al pedo!, ¿¡qué querías que haga!?. Ese verano realmente nunca nos excitó."